La nueva producción, protagonizada por Dakota Johnson, se convierte en una comedia romántica que trata de impulsar una perspectiva feminista y añadir elementos modernos que restan color a una de las mejores historias de amor de la literatura.
Jane Austen es una de las autoras que más adaptaciones cinematográficas ha recibido a lo largo de la historia. Títulos como Orgullo y Prejuicio, Emma y Sentido y Sensibilidad han sido adaptados a la pantalla más de una vez. Desde obras de teatro, series y películas, se han hecho innumerables versiones de sus novelas, contemporáneas y de época, algunas con mayor o menor éxito. Una de estas adaptaciones cinematográficas recientes es Persuasión, una película de Netflix protagonizada por Dakota Johnson que acaba de llegar al catálogo.
Como su nombre indica, la película está basada en la novela del mismo nombre que Austen completó en 1816, un año antes de su muerte. Aunque Orgullo y prejuicio es considerado por muchos su título más importante, Persuasión podría considerarse la mejor historia de todos los escritos de la famosa escritora británica, o al menos la más emocionante y romántica.
La historia sigue a Anne Elliot (Dakota Johnson), una mujer de 28 años a punto de caer en desgracia y convertirse en solterona de por vida (según las convenciones de la época). Ocho años antes, tras un fugaz e intenso noviazgo, Ana se compromete con Frederick Wentworth (Cosmo Jarvis), un marinero sin rango ni fortuna, y es persuadida de romper el compromiso por su padre y Lady Russell (una vieja amiga de la familia). Como resultado, Anne decide romper con Wentworth, que vuelve al mar enfadado y con el corazón roto en busca de nuevas aventuras que le ayuden a ganar más prestigio y riqueza.
Con los papeles invertidos, el vanidoso padre de Anne, Sir Walter (el excelente Richard E. Grant), tras dilapidar su fortuna, tiene que alquilar Kellynch Hall, la finca familiar, y trasladarse a Bath. En esta situación, Ana se enfrenta de nuevo a su antiguo amor y a la incertidumbre de si los sentimientos entre ellos han cambiado o si todavía hay esperanza para el corazón roto.
La película de Netflix, dirigida por la directora de teatro Carrie Cracknell, mantiene la estructura principal de la historia de Austen, pero añade una serie de cambios, sobre todo en la heroína de la historia, que no hacen justicia a las palabras que Austen escribió hace más de 200 años.
Sin embargo, la escritora no renunció a retratar personajes fuertes que tienen voz y pensamientos propios. Algo que la nueva película intenta forzar de forma casi absurda, con un tono de comedia millennial en la que Anne Elliot, interpretada por Johnson, rompe constantemente la cuarta pared, lo que a veces nos hace preguntarnos si se dirige a nosotros o a sus miles de seguidores en Instagram. La pregunta que muchos se han hecho en las últimas horas es qué piensa de esto Phoebe Waller-Bridge, la talentosa creadora y actriz principal de la magistral ‘Fleabag’, que rompe constantemente la cuarta pared para regalarnos su ironía y su acento adecuado a la situación.
Pero esta pseudoadaptación de la nueva Persuasión no se detiene en la ruptura de la cuarta pared o en el cuidadoso encuadre de las habitaciones de colores pastel con exagerados adornos dorados (casi copiados de la adaptación otoñal de Emma Wilde), también hay elementos que simplemente están fuera de lugar. Por ejemplo, cuando Anne nos dice que Wentworth consiguió su «lista de canciones» mostrándole una pila de partituras, o cuando se refiere a él como su ex.
Luego está la elección de Dakota Johnson para el papel principal. Según la descripción del personaje de Austen, Anne Elliot era una hermosa joven cuya luz se desvanece antes de tiempo y se vuelve «delgada y pálida». – lo contrario de lo que se ve en el retrato de Ana de Johnson. En lugar del tono apagado y melancólico que caracteriza a Ana, vemos a una heroína astuta y brusca que no teme decir lo que piensa sobre su familia y su entorno y que siempre tiene una botella de vino en la mano. Encarna esa atmósfera liberadora, relajada y «hippy chic» que hemos llegado a esperar de las actuaciones de Johnson, algo que ha hecho muy bien a lo largo de su carrera, pero que se aleja completamente de lo que Austen tenía en mente. Y el inexistente acento británico no se menciona.
Al igual que otras producciones contemporáneas recientes, como Bridgerton, Serpentine también se complace en un reparto diverso, que una vez más falta a la verdad de la novela y de la historia, que también trata de las diferencias de clase y de la discriminación a la que se enfrentan los distintos grupos. No hay nada malo en ello, por supuesto, pero sigue sin parecer auténtico en este tipo de producción histórica.
Cracknell convierte una melancólica historia de amor perdido en una comedia romántica muy diferente a la que escribió Austen. En general, el remake de Persuasión merece la pena ser visto y puede ser entretenido en 1 hora y 47 minutos, pero los fans de Jane Austen y de las producciones históricas no lo encontrarán tan atractivo.